La recuperación de cualquier problema visual será más eficaz cuanto antes se detecte y se inicie el tratamiento. Por eso es conveniente que los niños pasen revisiones tempranas, y siempre antes de empiecen el colegio. Aunque no se observe ninguna anomalía, se recomienda hacer un examen visual a los 3 y 6 años.
Una buena visión en edades tempranas es fundamental para el desarrollo social y potencia el aprendizaje y rendimiento durante la etapa escolar y años posteriores. El 80% de la información entra en nuestro cerebro a través de la visión y entre un 15 y un 30% de los fracasos escolares están relacionados con un problema visual.